lunes, 30 de diciembre de 2019

Inalcanzable

No me duele besarte, cuando sé que tal vez mañana ya no te besaré.
Verte inalcanzable reorganiza mis antojos y caprichos.
"Aprovechar" es un nuevo mandamiento contigo.
Es excitante, pero extraño.
Tú,  siempre con un pie fuera del balcón, preparado para saltar cuando sea necesario.
Yo,  encajándote en mi pecho, acariciando tu cabello y aferrándome a su olor.

Es cómico.
Me siento como una amante primeriza cuando no te quiero dejar partir.
Pero, créeme cuando te digo que no duele.
Ya me hice la idea de...
Hay cierto placer en aceptarte inalcanzable.

'El romance es un sueño que todavía vive en los corazones de millones': Romeo y Julieta, 1884, representados en óleo sobre lienzo de Frank Bernard Dicksee. Se cuelga en Southampton City Art Gallery

El deseo es congénito en una mujer, como yo, que siempre viste la piel de amante.

Qué tan peligroso es ser invadida, de vez en cuando, por el espontáneo deseo de recrear nuestra pequeña historia una y otra vez.
Una se aferra a lo familiar porque lo conoce, y sabe a qué paso avanzar y en qué tono reír , esquivar cuando es necesario, y dónde o con qué fuerza apuñalar cuando duele.
Lo desconocido es como un abismo, pero no por eso carece del deseo de saltar.
El deseo es congénito en una mujer, como yo, que siempre viste la piel de amante.

Entonces, el inicio del nuevo viaje hacia el abismo, se mancha de paradigmas, se reduce y parece una derrota más.
La búsqueda eterna de recrear la película francesa fracasa constantemente, con justa razón.
Y el motivo para darlo por sentado, no recae en el pasado, sino justamente en el deseo de un futuro de esa magnitud.

El viaje que viene es agotador y duelen las raíces o la cabeza o el sexo.
Pero, algo duele y se come  los restos  de nuestra pequeña historia poco a poco.

El deseo de viajar  nos mata progresivamente.
Y a pesar de eso, habrá cierto placer en nuestro velorio.

No es necesario dejar se sentir para seguir viviendo.