sábado, 25 de abril de 2020

En el café con leche

 En el café con leche
se pueden leer espirales de ilusiones. 
Con dos de azúcar: ideas disparatadas.
Con acompañamiento: repentina cobardía.

En el café con leche
se puede leer un universo vivo
donde los lejanos se acercan 
y los cercanos hacen simbiosis.
Los que sobreviven al cataclismo
siendo de especies diferentes,
lo hacen esperando la insinuación del otro para mutar y desaparecer,
avanzan posando una pata detrás de la otra,
sin caer en estrecheces, ni fingir muerte súbita.
Nadie los ve, 
quedan colgados en lo alto, 
en un hilo muy delgado,
y seguirán buscándose en la oscuridad
como perdidos en el espacio.

Queda la taza solitaria, 
y se deja así durante un rato.
Con talento
el café con leche 
anhela,
respira,
y se mueve con una cucharita
para ser leído.




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